La historia comienza con desventuras de Fernando Catalán (Cristián Campos), un empresario panadero que esconde un secreto que ha guardado por más de treinta años: tiene una segunda familia en el otro lado de la ciudad.

Por un lado llevaba un serio matrimonio con la elegante Isabel Cruzat (Catalina Guerra), por el otro tenía una relación con la popular Yanara Cabezas (Tamara Acosta), la reina de belleza de Cartagena. Fernando tenía todo bien. Su panadería estaba funcionando mejor que nunca. Nada podía salir mal, por lo menos hasta el momento en que Fernando muere.

Rafael Catalán (Matías Assler), el hijo mayor de Isabel y Fernando, le pide matrimonio a su novia de años, la bella Lucía (Josefina Montané), a pesar que ella no es el verdadero amor de su vida. Sin embargo, Rafael sigue con el plan de casarse, intentando olvidar a un amor que acaba de conocer, pero que caló hondo en su corazón: Dafne (Daniela Ramírez), la misteriosa nueva contratación de las panaderías de su padre. El día del matrimonio, Fernando cae desplomado misteriosamente. Lo que era una gran fiesta se convierte en un funeral, y el secreto mejor guardado de Fernando se revela y es aquí cuando se desata la tormenta.

Catalán antes de morir inventó una curiosa forma de amar, y todos caerán rendidos a este inaudito método. Isabel se acercará al hermano de su difunto esposo, Pedro (Fernando Kliche), pero que tiene intenciones de estafarla. La hija menor de Fernando, Danae Catalán (Loreto Aravena) se enamorará del servicial Camilo (Gabriel Urzúa), aunque él se siente atraído por Dafne. Por otro lado, el mejor amigo de Rafael, Lucas Vidal (Antonio Campos), estará dispuesto a seducir a Lucía. Y finalmente Dafne y Rafael, que a pesar de tener todo en contra, lucharán por estar juntos, sin imaginar que deberán descubrir una verdad impactante.

Al momento de repartir la herencia, Rafael descubrirá que Dafne es hija de Yanara. Por lo tanto ambos son hermanos.